Escogemos una a una las piezas en fresco, buscando las mejores características genéticas y de alimentación del animal, así como la morfología, el contenido graso, la infiltración y otras propiedades específicas. Esta es la base para conseguir productos de calidad. Una vez seleccionadas se clasifican según su peso, para poder realizar un proceso pieza a pieza, según el peso y las particularidades de cada una.